ENTREVISTA LA TERCERA A PAULO CENDEGUI LAMIG
ENTREVISTA DIARIO LA TERCERA DE CHILE hacer click para ver articulo completo
Universidad de Chile inicia fabricación de dos nuevos satélites.
Suchai, el primer aparato hecho en el país, cumple 4 meses en órbita. Tras lograr todas las metas para las que se construyó, plantel alista otros proyectos.
Ingeniero sigue la ruta del Suchai en el Laboratorio de Exploración Espacial y Planetaria (LEEP) de la U. de Chile la semana pasada.
Las tormentas solares de septiembre aturdieron por un par de días al Suchai, el primer satélite fabricado en Chile. Marcos Díaz, líder de este proyecto de la U. de Chile, dice que el incidente fue uno de los momentos más complejos desde que el aparato llegó al espacio en junio, pero asegura que los mayores desafíos han estado en tierra. Esto, porque hay que monitorear el satélite las 24 horas y los 7 días de la semana, lo que requiere de más recursos humanos para su control y del óptimo funcionamiento de la antena que recibe los datos.
En el LEEP señalan que los nanosatélites, también conocidos como cubesats, son una tendencia. Díaz explica que empresas como Planets Labs ya ofrecen imágenes para la industria agrícola.
Con la experiencia del Suchai, que costó US$300 mil, se podría explotar el área de telecomunicaciones dentro de los próximos años. Los nanosatélites permiten conectar y recibir datos de sensores en lugares remotos para usos agrícolas o monitoreo de la marea roja, explica Carlos González, ingeniero del LEEP. “No necesitamos gastar US$ 100 millones, con US$ 5 millones podríamos construir una constelación para dar ese servicio para el país y para todo el mundo”, indica.
Marcos Díaz fue el único de todo el equipo que pudo estar en India para presenciar el lanzamiento del Suchai. Hizo una apuesta arriesgada conociendo el bajo porcentaje de éxito de las primeras misiones.
No lo dudó, pidió vacaciones y llevó a su familia hasta el Centro Espacial Satish Dhawan, para que su hija Esperanza (en quien se inspira el nombre al satélite) fuera testigo de este hito que abrió la puerta, además, a la difusión de la ciencia espacial a la comunidad, en lugares tan diversos como Punitaqui o San Joaquín.
“Es mentira que a la gente no le interesa la ciencia, cuando los niños ven esto abren los ojos”, manifiesta González.
Así lo ha constatado Paulo Cendegui, profesor del colegio técnico Horacio Aravena Andaur, ubicado a cinco cuadras de la población La Legua, en San Joaquín.
“Chicos de cuarto medio que no tenían interés de estudiar ahora quieren saberlo todo”, dice Cendegui sobre el impacto del Suchai.
Los alumnos de este colegio, donde hoy desarrollan talleres de cohetería, han ido al LEEP y los expertos de la U. de Chile los han visitado. A tal punto han estrechado lazos, que podrían operar el satélite el próximo año, gracias a un proyecto piloto.
Además, dado el interés de este colegio en el espacio, Cendegui ya se contactó con la Nasa para agendar una entrevista con un astronauta de la Estación Espacial Internacional. Serán el primer colegio de Chile en tener esta experiencia en 2018.
En el LEEP señalan que los nanosatélites, también conocidos como cubesats, son una tendencia. Díaz explica que empresas como Planets Labs ya ofrecen imágenes para la industria agrícola.
Con la experiencia del Suchai, que costó US$300 mil, se podría explotar el área de telecomunicaciones dentro de los próximos años. Los nanosatélites permiten conectar y recibir datos de sensores en lugares remotos para usos agrícolas o monitoreo de la marea roja, explica Carlos González, ingeniero del LEEP. “No necesitamos gastar US$ 100 millones, con US$ 5 millones podríamos construir una constelación para dar ese servicio para el país y para todo el mundo”, indica.
Marcos Díaz fue el único de todo el equipo que pudo estar en India para presenciar el lanzamiento del Suchai. Hizo una apuesta arriesgada conociendo el bajo porcentaje de éxito de las primeras misiones.
No lo dudó, pidió vacaciones y llevó a su familia hasta el Centro Espacial Satish Dhawan, para que su hija Esperanza (en quien se inspira el nombre al satélite) fuera testigo de este hito que abrió la puerta, además, a la difusión de la ciencia espacial a la comunidad, en lugares tan diversos como Punitaqui o San Joaquín.
“Es mentira que a la gente no le interesa la ciencia, cuando los niños ven esto abren los ojos”, manifiesta González.
Así lo ha constatado Paulo Cendegui, profesor del colegio técnico Horacio Aravena Andaur, ubicado a cinco cuadras de la población La Legua, en San Joaquín.
“Chicos de cuarto medio que no tenían interés de estudiar ahora quieren saberlo todo”, dice Cendegui sobre el impacto del Suchai.
Los alumnos de este colegio, donde hoy desarrollan talleres de cohetería, han ido al LEEP y los expertos de la U. de Chile los han visitado. A tal punto han estrechado lazos, que podrían operar el satélite el próximo año, gracias a un proyecto piloto.
Además, dado el interés de este colegio en el espacio, Cendegui ya se contactó con la Nasa para agendar una entrevista con un astronauta de la Estación Espacial Internacional. Serán el primer colegio de Chile en tener esta experiencia en 2018.
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